El Diario Montañés dedica una completa entrevista en su edición impresa a nuestro presidente Manuel Huerta, que a continuación hemos transcrito para todos nuestros lectores:

Firmado por Miguel Ángel Pérez Jorrín – Santander

“El recurso eólico de la región es el más potente de Europa y está parado” – Manuel Huerta Terán

En pleno cambio de orientación estratégica, Oxital plantea la colaboración con el Gobierno en proyectos y demanda un empuje a la energía eólica.

El Grupo Oxital está buscando nuevos rumbos. Acaba de vender a Suez sus negocios de abastecimientos de aguas, ha entrado en la energía fotovoltaica y en el campo de los riegos y explora nuevas oportunidades, a la vez que se muestra partidario de los proyectos de colaboración público-privada con el Gobierno. Su presidente, Manuel Huerta Terán, demanda valentía política al Gobierno para impulsar, esta vez sí, la energía eólica, un área en la que Cantabria tiene los mejores recursos de Europa y en la que hay capital nacional y extranjero listo para invertir.

Ustedes vendieron la parte de abastecimiento de aguas de Oxital a Suez aduciendo que el nogocio estaba ya maduro. ¿Qué querían decir con esto?

Llevábamos ya tiempo viendo que teníamos que cambiar nuestra posición en el sector del agua municipal. Habíamos logrado unos márgenes en la actividad que nos iba a costar mejorar, era un punto de inflexión. Estábamos en el máximo de generación de riqueza en esta actividad.

¿Por qué?

Es un negocio muy intensivo en capital. Las concesiones obligan siempre a cumplir una serie de cánones municipales –Aqualia pagó a Santander 72 millones de euros por un contrato a 20 años- y nosotros en contratos más pequeños teníamos cargas de 3-5 millos de euros. Es cierto que hay un cobro asegurado por las tarifas de agua, pero hablamos de cantidades muy importantes para una empresa familiar del tamaño de la nuestra. Éramos rentables, pero sin capacidad de crecimiento. A esto me refería cuando decía que era un negocio maduro, en el que no podíamos crecer más ni mejorar significativamente. Por eso escindimos la sociedad y nos abrimos a ofertas: o bien entrada de un inversor financiero para poder crecer o bien vender, que al final es lo que hicimos. Era muy difícil, incluso con capital, crecer comprando contratos en el mercado nacional, que está en manos de grandes operadores multinacionales como Suez o Aqualia.

Adujeron ustedes también una cierta incertidumbre política en este mercado.

Bueno, entedemos que hay una corriente que penaliza la privatización de la gestión del agua y, a la vez, esto está provocando que salgan menos concesiones al mercado. No es que se rescaten las que están en vigor, pero si es cierto que cuando se acaban la gestión vuelve a manos municipales. Valladolid es un ejemplo. Es una tendencia cada vez más acentuada y esas decisiones están penalizando al sector.

Esto sería un argumento determinante…

Pues sí, aunque es difícil explicar en un consejo una desinversión en un negocio que es rentable. Pero nosotros lo hicimos advirtiendo de esto y de que nuestra obligación es siempre crecer y era ya imposible hacerlo. Y estar, como se suele decir, para “cortar el cupón” no es aconsejable; hay que buscar otras actividades con la solvencia que la venta nos ha proporcionado.

Pero se mantienen en el negocio de la gestión del tratamiento de basuras, una concesión también municipal. ¿No aprecian el mismo problema?

No, es una cosa curiosa: se siguen realizando contratos y yo no detecto riesgos de municipalización para volver a una gestión pública de la recogida de residuos sólidos urbanos. Nosotros entramos en esta actividad en 2012, a la vez que nos planteábamos ya diversificar. Otra cosa quizás no, pero Oxital ha demostrado agilidad para entrar en nuevos negocios y dejar otros. Nos quedamos los contratos de basuras de Emilio Bolado y Arruti: hemos sabido comprar y también gestionar y tomar medidas duras como fue el ERE y los despidos, una decisión muy complicada.

¿No había alternativa?

Ojalá se me hubiera ocurrido alguna. Nadie nos obligó a hacerlo, me refiero a imposiciones de bancos o de socios. Lo hicimos porque necesitábamos perentoriamente un ahorro en costes para salir de una situación de crisis. No estoy orgulloso, pero con el tiempo las cosas han funcionado. Pasamos de 60 a 40 trabajadores y antes de vender el negocio del agua ya éramos 200.

¿La empresa pública MARE es un duro competidor?

Bueno, competimos con ellos en tratamientos de aguas, no en basura. MARE son dos cosas: es un gran cliente y un importante competidor. Esta es una situación que ocurre en otras regiones, pero quizás no con la importancia que sucede en Cantabria. Navarra, por ejemplo, tienen una sociedad que gestiona los riesgos y compite con nosotros en ese campo. Hombre, a mí me gustaría que se dejase más en manos privadas, pero no tengo queja de MARE como cliente: es solvente y ha hecho muy bien sus deberes en la gestión del vertedero de Meruelo para atender a Guipúzcoa.

Veo que usted está de acuerdo con que las basuras de Guipúzcoa se traten aquí.

Hay que entender que el medio ambiente es también es una industria. El enfoque correcto no es traernos las basuras de otra comunidad; es generamos industria. Y no descubro nada al decir que el complejo medioambiental de Meruelo tiene instalaciones punteras a nivel internacional como la de Urbaser y la que nosotros operamos de lixiviados.

Pues se tiende a ver como un mero basurero que corre el riesgo de agotarse con estos nuevos clientes.

Bueno quizás hay que explicarlo mejor. Nadie nace aprendiendo: yo tampoco lo veía hasta que entré en el sector. Y me consta que el Gobierno de Cantabria está haciendo esfuerzos por explicarlo con visitas a alcaldes a Meruelo, por ejemplo. Insisto: tenemos un complejo medioambiental puntero; por eso cuando traemos residuos a Cantabria lo hacemos de forma totalmente segura. Debemos estar orgullosos de que la región tenga tecnología y empresas capaces de tratar con ellos y dar un servicio que otras comunidades autónomas no tienen. No hay que verlo como una debilidad, es una fortaleza lograda gracias a una buena tecnología que, a la vez, genera aquí puestos de trabajo y ahorra costes a las empresas y administraciones cántabras. En este sentido, Oxital apuesta por proyectos de colaboración pública-privada que alivien la tensión de estos años. Tenemos capacidad de inversión para Cantabria.

¿Y el negocio eólico?

Entramos en el ya famoso concurso eólico de Cantabria, que no sé si merece la pena que nos acordemos de él.

Merece.

Aquello salió mal, pero nos enseñó mucho. Fue una oportunidad para que los grupos cántabros conocieran la industria y yo la aproveché. Entre y presidí la Asociación Eólica junto a grandes operadores del sector como Iberdrola, EDP, EON (ahora Viesgo) y siendo socios del Banco Santander.

¿Y ahora?

Cuando terminó el concurso eólico, Oxital entendió que con el conocimiento adquirido y la información ya existente podíamos seguir en este mercado a la espera de mejores condiciones. A veces se olvida: el recurso  eólico de Cantabria es el más potente de toda Europa para ser aprovechado y está parado. No hay zonas mejores. Y, además, su productividad aumentaría con las máquinas y la tecnología actual. Nosotros siempre hemos querido operar aquí, cuando otros grupos pensaban en hacerlo fuera.

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